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In
memoriam
Jorge Luis Borges
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"El libro enriquece igualmente la soledad y la compañía...
La vida muere, los libros permanecen." |
Los
trabajos y los días. Obras completas IX, 296 |
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IN MEMORIAM
Jorge Luis Borges
El vago azar o las
precisas leyes
Que rigen este sueño, el universo,
Me permitieron compartir un terso
Trecho del curso con Alfonso Reyes.
Supo bien aquel arte
que ninguno
Supo del todo, ni Simbad ni Ulises,
Que es pasar de un país a otros países
Y estar íntegramente en cada uno.
Si la memoria le clavó
su flecha
Alguna vez, labró con el violento
Metal del arma el numeroso y lento
Alejandrino o la afligida endecha.
En los trabajos lo
asistió la humana
Esperanza y fue lumbre de su vida
Dar con el verso que ya no se olvida
Y renovar la prosa castellana.
Más allá
del Myo Cid de paso tardo
Y de la grey que aspira a ser oscura,
Rastreaba la fugaz literatura
Hasta los arrabales del lunfardo.
En los cinco jardines
del Marino
Se demoró, pero algo en él había
Inmortal y esencial que prefería
El arduo estudio y el deber divino.
Prefirió, mejor
dicho, los jardines
De la meditación, donde Porfirio
Erigió ante las sombras y el delirio
El Árbol del Principio y de los Fines.
Reyes, la indescifrable
providencia
Que administra lo pródigo y lo parco
Nos dio a los unos el sector o el arco,
Pero a ti la total circunferencia.
Lo dichoso buscabas
o lo triste
Que ocultan frontispicios y renombres:
Como el Dios del Erígena, quisiste
Ser nadie para ser todos los hombres.
Vastos y delicados
esplendores
Logró tu estilo, esa precisa rosa,
Y a las guerras de Dios tornó gozosa
La sangre militar de tus mayores.
¿Dónde
estará (pregunto) el mexicano?
¿Contemplará con el horror de Edipo
Ante la extraña Esfinge, el Arquetipo
Inmóvil de la Cara o de la Mano?
¿O errará,
como Swedenborg quería,
Por un orbe más vívido y complejo
Que el terrenal, que apenas es reflejo
De aquella alta y celeste algarabía?
Si (como los imperios
de la laca
Y del ébano enseñan) la memoria
Labra su íntimo Edén, ya hay en la gloria
Otro México y otro Cuernavaca.
Sabe Dios los colores
que la suerte
Propone al hombre más allá del día;
Yo ando por estas calles. Todavía
Muy poco se me alcanza de la muerte.
Sólo una cosa
sé. Que Alfonso Reyes
(Dondequiera que el mar lo haya arrojado)
Se aplicará dichoso y desvelado
Al otro enigma y a las otras leyes.
Al impar tributemos,
al diverso
Las palmas y el clamor de la victoria:
No profane mi lágrima este verso
Que nuestro amor inscribe a su memoria.
El hacedor, Buenos Aires: Emecé,
1960, pp. 81-83
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Están
a su disposición en video por demanda (formato Quick Time)
el ciclo de conferencias Homero en Cuernavaca,
de aproximadamente una hora cada una. |
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